Efectos a corto plazo para incentivar la compra

Tratar de alinear una filosofía promocional desde un principio en la estrategia general de ventas y mercadotecnia, puede ser una opción para tratar de generar ventas rápidas en el inicio de un negocio, o cuando este mismo se necesita reinventar.

Esta clase de estrategia bien hecha acarrea varios beneficios como: visibilidad y mejora de percepción de la marca/producto, posicionamiento, fidelización de clientes, impulso de ventas, expansión de marca de boca en boca, entre otros.

Una promoción aplicable es por medio de demostraciones, que se vuelven tácticas comerciales de índole más personal, es decir, tratar que clientes interactúen más de cerca con la marca. Para ello, es fundamental conocer a la audiencia, y así saber específicamente a través de qué sensaciones te puedes guiar al momento de exhibir y vender una lona, banco para bar/desayunador, mesas botaneras para camping, etcétera.

Otro tipo de estrategia promocional es a través de dinámicas. En ese sentido, el uso de redes sociales y plataformas digitales interactivas es sustancial. Desde tu mismo teléfono y con redes sociales, podrás ser capaz de propiciar interacción constante con prospectos e incluso contactos, con los cuales nunca habrías imaginado entablar una relación de negocios. Juegos y demás interacciones, impulsan un reconocimiento de marca

¡Con medios digitales todo es posible!

En cuanto a promociones de precio en distintos productos como sillas plegables y toldos, si bien suele ser una táctica base para tratar de generar ventas rápidas y asiduas, también hay que saber cómo hacerlo. Por ejemplo, se precisa de ser específico en qué clase de producto se promociona, evitando engaños de características del producto que se ofrece, cambiando a última hora lo que originalmente se ofrecía por otro producto que ni al caso. Incluso siguen habiendo empresas que no respetan el 2x1 o el 3x2 cuando el consumidor ya está por pagar, alegando cualquier pretexto; esto sin duda no solo daña el valor estratégico comercial, sino la reputación.

Todavía peor, es la acción “estratégica” de incrementar los precios un mes o días antes de lanzar las promociones de productos, que resultarán exactamente con el mismo valor que se estaba manejando desde tiempo atrás, algo muy recurrente en muchos negocios durante ‘el buen fin’. Esto no solo daña la reputación de cualquier empresa, sino que puede haber penalizaciones por parte organismos para protección al consumidor.

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